martes, 17 de febrero de 2015

Invierno menguante


Crepita en el interior de la estufa.
Leño a leño, el invierno se consume.
Fuego bajo la tierra helada.

A través de la ventana observo

los pequeños saltos del agua
en el regato que esquiva los fresnos
de la verde ladera.

Abro la puerta, camino entre picos,

de urracas, de rabilargos, de petirrojos,
de mirlos, de herrerillos y carboneros,
de mitos, camino
entre la estela de silencio que un aguililla
esparce por el viento.

Crepita la sangre, mi corazón de montaña,

manantial de ecos y oleajes, en mis piernas
que me impulsan a recorrer 369.359 kilómetros
hoy, y que un día me abandonarán
a medio camino.

Arde, rosa de los vientos. Flor

sin destino. Timón de las estaciones
que giras sobre las nubes. Tus pétalos
sin consciencia acariciaron en la noche
mi sueño.

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