martes, 26 de mayo de 2015

Cancioncilla a ti que no has dormido.

Alguien,

allí,
en aquella porción de escombros
cubierta de tierra,
coronada de cardos altos y amapolas,
en aquel rincón
invisible,

posó su peso,
acostó su cuerpo,
durmió en la noche verdadera.
Enterró sus sueños.


Sueños, sí.
Enterrados.
Cardos.
Amapolas.